Oso Tótem

Yamir, el oso medicina

El día amaneció frío en la Tundra, más que de costumbre. El cielo estaba cubierto por una espesa capa blanca que impedía a los rayos del sol traspasar a través de ella y llegar a la tierra. La humedad se podía oler a lo largo de kilómetros a la redonda. Todos los habitantes de la Tundra entendían que significaban estos signos: el invierno llegaba.

La manada al completo se disponía a buscar refugio para pasar el invierno, como es costumbre, al calor de una cueva que les ofreciera la protección necesaria para dormir durante los próximos seis meses.

Sin embargo, Yamir, el joven oso que había dejado atrás su etapa de osezno la temporada anterior, se armó de valor y le comunicó a la manada sus intenciones.

– Deseo cruzar la Tundra para hibernar en el bosque.

– En el bosque? – respondió asustada su madre – Eso es imposible! El bosque no es lugar para hibernar, está lleno de peligros, nos sobrevivirás. Debemos permanecer unidos bajo la protección de la cueva.

– Cómo sabes que no sobreviviré? Ningún oso lo ha intentado antes. Yo siento que debo hacerlo, mi corazón desea estar entre los árboles y no en esta oscura cueva.

– Si tu vas hacia el bosque, iremos todos, no podría soportar saber que te ocurrió algo y nosotros no estábamos para protegerte.

– No mamá, es algo que debo hacer solo. He tenido un sueño, un gran oso blanco me llamaba en mi sueño y me decía que debo acudir este invierno solo al bosque.

Mara, la madre de Yamir, aceptó con gran pesar.

– Si es lo que deseas, esta noche lo comunicaré a la manada.

– Gracias mamá.

Yamir abrazó a Mara, la reina Osa, y permanecieron en silencio intercambiando información de corazón a corazón.

Dos días después, Yamir se despedía de sus hermanos y de toda la manada para iniciar su viaje. Era la primera vez que se alejaba tanto de la manada, en su corazón una mezcla de sentimientos se concentraban. Sentía miedo, ya que había oído historias terribles sobre los peligros de la Tundra en invierno pero, también se sentía feliz por todas las aventuras que tenía por delante. Caminó durante todo el día y no encontró ni un árbol, cuando caía la tarde empezó a acusar el cansancio y se sentó en mitad de un claro a descansar.

– Yamir, Yamir, Yamir…

Escuchaba una voz que susurraba su nombre, sin embargo, miraba a su alrededor y no veía a nadie.

– Quién me llama? – preguntó

– Yo estoy en todas partes, puedes sentirme cuando no estás a cubierto, transporto las semillas de las plantas, los olores y las señales de los animales. En mi viajan la sabiduría, las ideas y las voces de los ancestros.

– Eres el viento?

– Efectivamente, bravo Yamir! Yo soy el viento y he venido a advertirte. Cuando estés solo en un claro, ponte siempre en dirección hacia donde yo sople, así camuflarás tu olor y estarás a salvo.

– Gracias viento! Así lo haré.

Yamir buscó un claro cerca del río donde la luna empezaba a alumbrar. Comprobó su posición respecto al viento y allí, mirando la luna que emergía en el cielo alumbrando la Tundra y dando paso a la noche, se quedó dormido.

-Yamir, despierta Yamir, es hora de continuar.

Yamir despertó inquieto al sentir que le llamaban, buscó y buscó pero no vió a nadie.

– Quién me llama?

– Yo soy quién guarda las memorias de todos los seres, limpio con mi cauce a través de los iones, todo lo que debe ser arrastrado, te hidrato y calmo tu sed.

– Eres el espíritu del agua?

– Así es Yamir, habito en los ríos, en los océanos y en la lluvia. He venido a decirte que cada vez que sientas angustia o miedo en tu corazón, me busques, me llames y me invoques. Yo limpiaré tu cuerpo por dentro y por fuera.

Yamir dio gracias al espíritu del agua, se introdujo en el río cuyas aguas estaban más frías que nunca. Le pidió al espíritu del agua que limpiara sus memorias y su cuerpo, inmediatamente sintió que el agua calentaba su cuerpo, ya no estaba fría. Sintió que su miedo se aligeraba y su fortaleza crecía. Bebió con sumo respeto, sabiendo que el espíritu del agua se hacía uno con él cuando bebía. Agradeció al agua la enseñanza y continuó su camino.

Caminó durante horas fortalecido por la limpieza del agua y siguiendo los consejos del viento. A media tarde empezó a vislumbrar las copas de los árboles, podía oler el musgo, la hierba, su corazón se aceleraba y comenzó a correr hacia los árboles. A medida que se acercaba al bosque, la alegría le inundaba más y más, tenía una sensación tan agradable, sentía que estaba en casa!

– Yamir, bienvenido a casa!

– Sé quién eres! Eres el espíritu de la tierra, vives en el bosque, en los árboles, te reconozco.

– Así es Yamir, y también vivo en ti. En todas las criaturas del planeta. Gracias a mi, las semillas crecen en el interior de cada ser, si la semilla es amorosa, yo proporciono el sustento necesario y traigo la abundancia para todos.

Yamir corrió a adentrarse más y más en el bosque. Sentía una paz y una alegría como nunca antes había sentido. Los árboles le sonreían, se presentaban a su paso, se sentían felices ante su presencia.

Sin darse apenas cuenta, había caído la tarde y Yamir se encontraba en lo más profundo del bosque. Por un momento se asustó, al darse cuenta de que no conocía el lugar y de que estaba donde ningún otro oso había estado antes en esta estación del año. Se sintió aturdido, entonces recordó que nunca estaba solo y llamó a los espíritus del viento y de la tierra.

– Guiadme padre viento y madre tierra, no sé por dónde debo seguir.

– Escucha tu corazón, nosotros vivimos en el, te guiaremos.

De repente, los rayos del sol, que empezaba a ponerse, se colaron entre las copas de los árboles marcando un camino, pintando de rojo y ocre los árboles.

Yamir no tuvo ninguna duda.

– Es por aquí – se dijo.

– Adelante Yamir, ya casi estás! – susurraban la tierra y el viento.

Sin darse apenas cuenta, Yamir llegó a un claro del bosque. En el centro se alzaba un árbol majestuoso, impresionante, si levantaba la vista, no alcanzaba a ver la copa, su tronco era tan grande que habría cabido una familia de osos entera y sobraría sitio. Yamir ya sabía que todo tiene espíritu, los osos ancianos se lo habían enseñado, así que hizo una reverencia para mostrar respeto ante este imponente ser y dijo:

– Abuelo árbol, me siento honrado ante tu presencia, eres tu el lugar dónde debo hibernar?

– Querido Yamir, te estaba esperando, si, yo soy donde debes hibernar. Yo te protegeré todo el invierno, dentro de mi tronco estarás a salvo.

– Pero, dentro de tu tronco dices, y cómo entro?

– Acércate, abre tu corazón y pídelo con amor.

– Amado abuelo árbol, desde lo más profundo de mi corazón te pido que me cobijes.

En ese momento una luz dorada subió por las raíces del tronco del árbol, dibujó una puerta que parecía de oro en el mismo tronco.

– Adelante.

Yamir cruzó la puerta y vio que estaba dentro del árbol, era enorme, un olor maravilloso se desprendía de su corteza, su corazón estaba agitado, parecía que iba a explotar de alegría, se sentía seguro, caliente, a salvo.

Poco a poco la estancia empezó a iluminarse. Yamir escuchó el eco de la voz del gran abuelo árbol…

– Baja Yamir, no temas.

Se iluminaron unos escalones ante Yamir, que bajaban por las raíces del árbol hasta lo más profundo de la tierra. Yamir no dudó, bajó peldaño a peldaño y cuando llegó al final, se maravilló.

Otra estancia en el corazón de la tierra se abría ante él. En el centro, un gran fuego iluminaba todo. Yamir se acercó respetuoso.

– Hola Yamir, yo soy el espíritu del fuego. Transmuto todo lo que está seco y yermo para ayudar a la regeneración de la vida. Yo calentaré tu cuerpo mientras hibernes. Has recorrido un largo camino, has sido valiente y te has guiado por tu corazón. Ahora descansa, te lo mereces.

Yamir se tumbó junto a fuego y se quedó plácidamente dormido.

oso tótem

En sus sueños se le apareció el Gran Oso blanco.

– Quién eres? – preguntó Yamir.

– Yo soy el espíritu del Gran Clan del Oso. Soy yo quién te trajo hasta aquí.

– Por qué?

– Porque tu corazón, aunque joven, es honesto y valiente, algún día serás un gran oso sabio.

– Yo, un gran oso sabio?

– Si, por lo pronto, confórmate con saber que yo seré tu guía como lo he sido generación tras generación con todos los Osos Medicina del Clan…

Durante seis meses Yamir permaneció hibernando en el plano físico. En el plano espiritual no hay tiempo y un día representan años en el mundo físico.

En los planos etéreos Yamir fue instruido por el Gran Oso Blanco. Aprendió los secretos del cosmos, aprendió que somos células del gran cuerpo estelar, que somos semillas de la luz que mantiene el equilibrio. Que cuando el equilibrio es perturbado, las consecuencias se sienten en todo el multiverso. Que toda la sabiduría está muy cerca, al alcance de todos, tan solo hay que cerrar los ojos y concentrarse en el latido de nuestro corazón.

Un buen día el Gran Oso Blanco le dijo a Yamir:

– Es hora de despertar, ya has aprendido lo que necesitabas aprender. Vé y despierta a otros…

Yamir emprendió su viaje de vuelta a la Tundra para compartir con la manada lo aprendido. Llegó a ser un oso sabio y respetado, conocido por todos como Yamir, el Oso Medicina.

Los hombres invocan todavía a su espíritu, que habita en todos los bosques, cuando alguien quiere comunicarse con el Tótem Oso Medicina, tan solo debe adentrarse en el bosque, junto a un río, donde haya un gran árbol y hacer una reverencia de respeto invocándole.

– Yamir, Yamir, Yamir…

Y ahí está siempre dispuesto a escucharte.

Autor: Lakami
Instituto de Chamanismo Evolutivo®

Tótem oso significado espiritual

Este cuento escrito por Lakami está lleno de simbología del animal oso como tótem. Además nos enseña la conexión con la naturaleza, el respeto por cada criatura, la valentía, el coraje, los valores familiares y el amor por todo lo que nos rodea.

¿Qué significa el oso en el tótem?

Cuando un clan tiene un oso en su tótem, entre otras cosas, significa que el clan está protegido por un gran sanador.

¿Cómo puedo saber cuál es mi tótem animal?

Para conocer nuestro animal totémico podemos pedir ayuda de un chamán o aprender las técnicas del viaje chamánico. Realizaremos un viaje al mundo inferior, siempre guiados por alguien que sepa guardar las puertas y nuestro cuerpo físico, alguien experimentado que nos oriente hasta encontrar nuestro tótem para traerlo con nosotros y hacernos uno con el poder que nuestro animal totémico nos trae.

Simbolismo del oso

El oso simboliza la valentía y la fuerza. Las personas que tiene el oso como tótem, suelen ser personas reservadas, más bien solitarias, con una gran capacidad de liderazgo, a priori pueden parecer irascibles porque el oso aunque es muy paciente, tiene un carácter que le hace saltar rápidamente si algo le molesta pero también son personas de gran corazón y nobleza. No utilizan su poder para amedrentar a otros, al contrario, son guardianes de la medicina del alma.

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